PERÚ: Arequipa
DIA 1. Llegada a Lima y traslado a Arequipa
DOMINGO 15 DE MAYO DE 2022
Aterrizamos en el aeropuerto de Lima según lo previsto sobre las 6.30 horas de la mañana, tras un vuelo de 11 horas y media que transcurre con total normalidad y en el que dormimos la mayor parte del tiempo. En menos de media hora pasamos el control de inmigración y nos dirigimos a los mostradores de Latam para facturar de nuevo nuestra maleta para el vuelo a Arequipa que tenemos a las 10.30 horas.
El aeropuerto de Lima no es muy grande y tiene una sola terminal por lo que nos sobra mucho tiempo entre la conexión de vuelos. Además, como tenemos el check in hecho y las tarjetas de embarque en nuestro teléfono, sólo tenemos que imprimir, en unas máquinas habilitadas para ello, la etiqueta para la maleta y dejarla en cualquier mostrador para equipaje facturado.
Llegamos a Arequipa tras una hora de vuelo en el que nos ofrecen bebidas y una pequeña chocolatina. Cambiamos algo de dinero en el mismo aeropuerto (el peor cambio de todo el viaje) y cogemos un taxi. Al salir por la puerta del aeropuerto de Arequipa nos avasallan muchos conductores y como estamos cansados le decimos que sí a uno de ellos, nos muestra su licencia pero no nos queda claro si es un taxi oficial ya que es un coche negro. El aeropuerto está a unos 9 kilómetros, tardamos 25 minutos y pagamos 40 soles (unos 10 €).
Nos instalamos en Los Andes Bed & Breakfast y salimos a conocer Arequipa.
Lo primero que visitamos es el Mercado de San Camilo, los domingos está abierto hasta las 15 horas. Aquí degustamos, entre locales, nuestro primer ceviche y otro plato típico de la zona: rocoto relleno (en apariencia como un tomate pero es más como un pimiento y algo picante). La comida nos cuesta 26 soles (unos 6 €).

Con las fuerzas repuestas nos dirigimos hacia el Convento de Santa Catalina, pagamos 40 soles (10 €) por persona por entrar y estamos alrededor de dos horas. Este convento, fundado a mediados del siglo XVI, es un completo arquitectónico bastante grande en el que se han ido adosando distintas construcciones a lo largo de su historia. Desde 1970 está abierto al público, las monjas de clausura que todavía viven ocupan la zona norte del complejo.

Durante el recorrido se puede acceder a varias celdas, curiosamente muchas de ellas son bastante amplias y con cocina propia, también con escaleras que a día de hoy no llevan a ninguna parte y que son resultado de los terremotos que asolaron Arequipa y que afectaron mucho al edificio (derrumbando las segundas plantas).
Lo que más nos gustó fueron sus coloridos patios y sus calles llenas de plantas. Además de las vistas desde una de sus azoteas. La visita de este convento nos parece imprescindible.
Al salir nos topamos de frente con un patio donde estaba el restaurante Tanta y Chicha (ambos de Gastón Acurio) y por unas escaleras a mano derecha pudimos subir hasta el segundo piso y observar las vistas de la ciudad.
El resto de la tarde paseamos por la ciudad: plaza de armas, calle Mercaderes, plaza 15 de agosto donde había un pequeño mercadillo…

Foto: Alejandro Millán
Al atardecer subimos a tomar una cerveza a Waya Lookout y la verdad que las vistas son impresionantes, por un lado a la plaza de armas y por el otro a las montañas de Arequipa. Dos cervezas nos costaron 28 soles (unos 7 €).
DIA 2. Arequipa
LUNES 16 DE MAYO DE 2022
Comenzamos el día con el free tour que habíamos reservado a través de la página de Civitatis. En principio el tour era en castellano, pero éramos sólo 5 personas y solo nosotros hablábamos castellano, para evitarle al guía estar traduciendo lo hacemos en inglés. Aunque se alarga a casi tres horas, el free tour nos gusta mucho porque nos lleva a barrios y puntos de la ciudad que no sé si hubiéramos descubierto por nosotros mismos.

Además nos recomienda dos sitios para comer: Nueva Palomino y La Capitana, ambos locales son picanterías. Las picanterías comenzaron denominándose chicherías porque en ellas se vendía la conocida bebida chicha morada, con el tiempo ganaron popularidad por la comida que se servía. Por tanto, en las picanterías, se puede degustar comida tradicional.
Finalmente elegimos La Capitana, tuvimos que hacer fila en la calle durante 20 minutos. Las mesas en el interior son compartidas, había pocos turistas. A la hora que nosotros llegamos ya no había «almuerzo», denominan así al plato del día que tiene un precio más económico, por lo que pedimos dos platos de la carta. Comimos malaya frita y costillar frito, de postre queso helado, junto con las bebidas pagamos 54 soles (unos 14 €). El pago es solamente en efectivo. Es uno de los restaurantes que os recomendamos en la entrada del blog Perú: dónde comer.

Después de comer nos acercamos a los miradores más conocidos de Arequipa. Desde la picantería donde hemos comido llegamos caminando (unos 15 minutos) al mirador de Yanahuara desde el que, a través de sus bonitos arcos de sillares, observamos al volcán Misti y parte de la ciudad de Arequipa.
Desde Yanahuara paramos un taxi, pasaban con frecuenta y esta vez sí con letrero visible de «taxi» (el guía del free tour nos recomendó no coger taxis pequeños amarillos), para que nos acerque al siguiente mirador, Carmen Alto. La taxista se equivoca y nos deja en otro mirador gratuito, el mirador de Chilina, pagamos por el taxi 9 soles (unos 2 €) hacemos un par de fotografías y bajamos caminando hacia el mirador Carmen Alto (son dos kilómetros cuesta abajo).
El mirador de Carmen Alto es de pago, cuesta 5 soles por persona (poco más de 1 €), dentro hay un pequeño museo (incluido con la entrada), una cafetería y una tienda de souvenirs. Entramos en el pequeño museo donde se expone, además de cerámicas, textiles y objetos varios de las culturas moche, nazca y kollagua, la Momia Pepita. Esta momia no es tan conocida como la Momia Juanita, que se expone en el Museo Santuarios Andinos (justo en frente de nuestro hotel de Arequipa) pero nos quedamos sin poder visitarla ya que los lunes el museo permanece cerrado y los domingos sólo abre hasta las 13 horas. Es también una momia inca fechada a mediados del siglo XVI y está en bastante buen estado de conservación ya que se pueden apreciar todavía los zapatos.

En relación al mirador la verdad que las vistas son muy bonitas, se puede ver el valle del río Chili y el imponente volcán Misti (que por su forma nos parece el volcán perfecto).
Desde aquí tomamos un taxi que por 8 soles (2 €) nos acerca a la Plaza de Armas. Ya en la plaza entramos a preguntar en dos operadores turísticos sobre la excursión al valle del Colca que queríamos realizar al día siguiente (incluido traslado a Puno). Finalmente contratamos la excursión (los precios son parecidos) con Kusi Travel Eirl. Y, aunque en la agencia nos atendieron fenomenal y nos explicaron todo con claridad, basándonos en nuestra experiencia, no os recomendamos esta agencia (os damos más detalles en la siguiente entrada del blog Perú: Valle del Colca).
Por lo que vimos en varias ciudades de Perú es habitual que los gremios se agrupen por calles. Las casas de cambio en Arequipa se encuentran en la calle San Juan de Dios (muy cerquita de la Plaza de Armas). Aquí encontramos el mejor cambio de todo el viaje (1 sol a 4.10 €).
En la misma calle Mercaderes compramos una tarjeta de teléfono (después del intento fallido de comprarla en el aeropuerto) con la empresa Entel. Nos ofrecen 4 tarjetas pre-pago de 4GB cada una por 20 soles (5 €). El trámite administrativo es un poco lento y es necesario el pasaporte.
Con todos los recados hechos nos dirigimos a la terraza en la que estuvimos el día anterior, Waya Lookout, para contemplar otro atardecer con vistas.
Para cenar compramos unas empanadas bastante ricas en Don Empanadón y nos las comemos en el hotel.
Nos dormimos pronto ya que la excursión al Valle del Colca comienza a las 3 de la mañana y tenemos que hacer la maleta. Ya no volvemos a Arequipa sino que utilizamos la excursión para llegar hasta Puno.