YUCATÁN: Mérida e Izamal
DÍA 6 Mérida e Izamal
MIÉRCOLES 26 DE ENERO DE 2022
Aunque el local está algo retirado de nuestro hotel comenzamos el día en Mérida desayunando en el restaurante El Barrio, pedimos unos huevos rancheros, chilaquiles con huevo, café y horchata de cacao. No estamos acostumbrados a desayunar tanto, pero está todo riquísimo. Pagamos 370 pesos con tarjeta (unos 16 €).

Después callejeamos por Mérida y vemos los puntos destacados de la ciudad que se articula en torno a la Plaza Grande. Visitamos los parques de: Santa Lucía, de la Ermita de Santa Isabel y el Parque de San Juan. También nos acercamos hasta el enorme Mercado de Lucas de Gálvez y compramos unas semillas de chile en unas tiendas justo al lado, en la calle 54.
La ubicación de nuestro hotel es inmejorable, nos permite llegar a todos los sitios andando y en la misma calle 59 tenemos varios restaurantes, pero como hemos desayunado fuerte, decidimos echarnos una cerveza y picar un guacamole en La Fundación Mezcalería (curiosamente de los mismos dueños de La Negrita, donde cenamos ayer).
En la Plaza Grande de Mérida (y también las vimos en la de Valladolid) destacan los bancos cuyo diseño en “S” hace que las personas que se sientan queden mirándose cara a cara. Se les conoce en México como “sillas confidentes” y las primeras de Mérida se instalaron en 1915 (originalmente se crearon en Francia). Su diseño no me resultó extraño pues en un parque de Zaragoza donde solía jugar de pequeña también existen (y se conservan en la actualidad).

Cogemos el coche y hacemos una parada en el Monumento a la Patria (queda algo alejado del centro) antes de abandonar Mérida definitivamente y poner rumbo a nuestro siguiente destino: Izamal.

1º TRAYECTO: Mérida – Izamal (67 km, 55 minutos)
Llegamos a Izamal sobre las 15.30 horas, nos instalamos en el Hotel Plaza Izamal, un precioso hotel de seis habitaciones ubicado en la misma plaza de la localidad (ubicación inmejorable).
El contraste con la ajetreada Mérida es notable, Izamal nos encanta desde el primer momento.
Como curiosidad este pueblo se pintó de amarillo para la visita del Papa Juan Pablo II en 1993.
Izamal guarda más sorpresas que sus monocromáticas calles amarillas ya que era conocido como el “pueblo de las Colinas” hasta que descubrieron que esas colinas, en realidad, eran pirámides mayas ocultas. Visitamos la Pirámide de Kinich Kakmó (gratuitamente) y es la única de las que visitamos en nuestro viaje por la península de Yucatán que podemos subir hasta la cima (34 metros de altura).
Izamal fue un importante centro para los Mayas por eso, con la llegada de los españoles y para contrarrestar esta influencia, construyeron el impresionante Convento de San Antonio de Padua que tiene el patio cerrado más grande de América, y el segundo más grande del mundo, tras la Plaza de San Pedro del Vaticano.

Por sugerencia del personal del hotel compramos unas bebidas en la licorería de al lado (sorprenden los horarios tan amplios de los comercios de Izamal que están abiertos de 7 a 22 horas) y vemos atardecer desde la terraza situada en el tejado del hotel (nos llama la atención también la cantidad de pájaros negros que justo al atardecer buscan refugio en los árboles de la plaza principal).

Las vistas son preciosas, vemos la plaza, el convento justo enfrente y dos de las pirámides mayas.
Después, también por recomendación del hotel, salimos a cenar al Restaurante Los Arcos. Cenamos muy bien y el sitio es precioso, tras pasar un local con aspecto antiguo sorprende encontrar un patio abierto rodeado de vegetación.